Eckhart Tolle nos ayuda a hacernos conscientes del constante flujo de nuestros pensamientos, ese incesante diálogo interno que ocupa siempre nuestra atención y que nos separa de la única (¡y maravillosa!) experiencia real: vivir plenamente el momento presente.
Eckhart Tolle
El siguiente texto es un fragmento del libro «Practicando el poder del ahora», de Eckhart Tolle.
El ser no sólo es trascendente; también impregna profundamente cada forma, y su esencia es invisible e indestructible. Esto significa que ahora mismo puedes acceder al Ser porque es tu identidad más profunda, tu verdadera naturaleza. Pero no trates de aferrarlo con la mente. No trates de entenderlo.
Sólo puedes conocerlo dejando la mente en silencio. Cuando estás presente, cuando tu atención está plena e intensamente en el ahora, puedes sentir el Ser, pero nunca podrás entenderlo mentalmente.
La iluminación es recuperar la conciencia del Ser y residir en ese estado de «sensación-realización».
La palabra iluminación suscita la idea de un logro sobrehumano, y al ego le gusta que sea así; pero no es más que tu estado natural en el que sientes la unidad con el Ser. Es un estado de conexión con algo inconmensurable e indestructible, con algo que es esencialmente tú, y sin embargo es mucho mayor que tú. Es encontrar tu verdadera naturaleza más allá del nombre y de la forma.
La incapacidad de sentir esta conexión crea la ilusión de que estás separado de ti mismo y del mundo que te rodea. Entonces te percibes, consciente o inconscientemente, como un fragmento aislado. Surge el miedo, y los conflictos internos y externos pasan a ser la norma.
El mayor obstáculo para experimentar la realidad de tu conexión es la identificación con la mente, que hace que el pensamiento se vuelva compulsivo. Ser incapaz de dejar de pensar es una enfermedad terrible, pero no nos damos cuenta de ella porque casi todo el mundo la sufre y se considera algo normal. Este ruido mental incesante te impide encontrar el reino de quietud interior que es inseparable del Ser. También crea un falso yo fabricado por la mente, que lanza una sombra de miedo y sufrimiento.
La identificación con la mente produce una pantalla opaca de conceptos, etiquetas, imágenes, palabras, juicios y definiciones que bloquean toda verdadera relación. Esa pantalla se interpone entre tú y tú mismo, entre tú y tu prójimo, entre tú y la naturaleza, entre tú y Dios; crea la ilusión de separación, la ilusión de que tú y el «otro» estáis totalmente separados. Entonces te olvidas del hecho esencial de que, debajo del nivel de las apariencias físicas y de las formas separadas, eres uno con todo lo que es.
La mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Sin embargo, si se usa de forma in-apropiada, se vuelve muy destructiva. Para decirlo con más precisión, no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: por lo general no la usas en absoluto, sino que ella te usa a ti. Ésa es la enfermedad. Crees que tú eres tu mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti.
Es como si estuvieras poseído sin saberlo, y crees que la entidad posesora eres tú.
La libertad comienza cuando te das cuenta de que no eres la entidad posesora, el pensador. Saberlo te permite examinar la entidad. En el momento en que empiezas a observar al pensador, se activa un nivel de conciencia superior.
Entonces empiezas a darte cuenta de que hay un vasto reino de inteligencia más allá del pensamiento, y de que el pensamiento sólo es una pequeña parte de esa inteligencia. También te das cuenta de que todas las cosas verdaderamente importantes —la belleza, el amor, la creatividad, la alegría, la paz interna— surgen de más allá de la mente.
Empiezas a despertar.
LIBÉRATE DE TU MENTE
La buena nueva es que puedes liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación. Y puedes dar el primer paso ahora mismo.
Empieza por escuchar la voz que habla dentro de tu cabeza, y hazlo tan frecuentemente como puedas. Presta una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos discos de gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante años.
Esto es lo que llamo «observar al pensador», que es otra manera de decir: escucha la voz dentro de tu cabeza, mantente allí como presencia que atestigua.
Cuando escuches la voz, hazlo imparcialmente. Es decir, no juzgues. No juzgues ni condenes lo que oyes, porque eso significaría que la misma voz ha vuelto a entrar por la puerta de atrás.
Pronto te darás cuenta de esto: la voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta comprensión Yo soy, esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de más allá de la mente.
Así, cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también de ti mismo como testigo del pensamiento. Ha hecho su aparición una nueva dimensión de conciencia.
Cuando escuchas el pensamiento, sientes como si hubiera una presencia consciente —tu yo profundo— por debajo o detrás de él. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se disuelve rápidamente, porque ya no energetizas tu mente mediante la identificación con ella. Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.
Cuando el pensamiento se aquieta, experimentas una discontinuidad en la corriente mental, una brecha de «no-mente». Al principio las brechas serán cortas, tal vez duren unos segundos, pero gradualmente se irán prolongando. Cuando ocurren estas discontinuidades, sientes cierta quietud y paz dentro de ti. Es el principio del estado natural de sentirte unido al Ser, generalmente nublado por la mente.
Con la práctica, la sensación de quietud y de paz se va ahondando. De hecho, esa profundidad no tiene fin. También sentirás una sutil emanación de alegría elevándose desde lo más hondo de ti: la alegría de Ser.
En este estado de conexión interna estás mucho más alerta, más despierto que en el estado de identificación mental. Estás plenamente presente. Y también se eleva la frecuencia vibratoria del campo energético que da vida al cuerpo físico.
A medida que profundizas en este reino de la no-mente, como a veces se le denomina en Oriente, vas alcanzando el estado de conciencia pura. En ese estado sientes tu propia presencia con tal intensidad y alegría que, en comparación, todo pensamiento, toda emoción, tu cuerpo físico y todo el mundo externo se vuelven relativamente insignificantes. Sin embargo, no es un estado de egoísmo, sino de desprendimiento y generosidad. Te lleva más allá de lo que pensabas que era «tu identidad». Esa presencia es esencialmente tú, y al mismo tiempo es inconcebiblemente mayor que tú.
En lugar de «observar al pensador», también puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente.
Esto es algo por demás satisfactorio. De este modo retiras la conciencia de tu actividad mental y creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas. Ésta es la esencia de la meditación.
En tu vida cotidiana puedes practicar esto tomando cualquier actividad rutinaria, que habitualmente sólo es un medio para un fin, y darle toda tu atención para que se convierta en un fin en sí misma.
Por ejemplo, cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta mucha atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. Mantente totalmente presente.
O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc.
O cuando entres en tu coche, después de cerrar la puerta, detente durante unos segundos y observa el flujo de tu respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia.
Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.
El paso más vital en tu camino hacia la iluminación es éste: aprende a no identificarte con tu mente. Cada vez que creas una apertura en el flujo mental, la luz de tu conciencia se fortalece.
Puede que un día te sorprendas sonriendo a la voz que suena en tu cabeza como sonreirías a las travesuras de un niño. Esto significa que has dejado de tomarte el contenido de tu mente tan en serio, y que tu sentido de identidad ya no depende de él.
Eckhart Tolle
Apenas es el inicio y estoy muy entusiasmada en estar en un 100% en meditación, me ha costado mucho comprenderlo y ahora la paz que siento es muy grata! De verdad que lo bendigo donde esté, por compartirlo con nosotros. Simplemente gracias.
Gracias luz de conciencia de este maestro…
ECKHART TOLLE ha sido para mí un verdadero maestro espiritual que me ha ayudado a comprender UN CURSO DE MILAGROS. Junto con ENRIC CORBERA, ANTHONY DE MELLO, DEEPAK CHOPRA, AUGUSTO CURY, THICH NHAT HANH, recomendados profundos autores, nos permiten tener un conocimiento de nuestro Yo SUPERIOR, y del yo inferior, para enrumbarnos por el sendero de la mente RECTA, dejando atrás la obscuridad de la mente errada que es la que domina el ego.
Recomendados esos autores al cien por ciento como psicorientólogo para encontrar el norte de nuestra existencia.
Hola, hace 50 años inicié un proceso de identificación con mi ser interno mediante la preparación, desarrollo y vivencias que me llevaron a obtener la liberación de mi ego.
En diferentes etapas de mi vida ha sido recurrente esa armonía con mi identidad interior, al grado de haber ayudado a algunas personas para que se liberaran de sus padecimientos, temores e incertidumbres
Los cambios de actividad profesional hicieron que nuevamente cayera bajo el poder de la mente y los múltiples pensamientos agobiaron mi existencia terrenal y sólo esporádicamente, cuando sentía la necesidad de obtener paz y alegría interior, volvía a las meditaciones
Ahora, estoy nuevamente retomando estas prácticas y he experimentado nuevamente el poder de la energía que fluye en mi interior hacia el exterior de mi cuerpo; todo por la comunicación con mi divinidad y sentir su presencia.
Todos los seres humanos tenemos la capacidad de obtener esa unidad con nuestro ser interior, sólo se necesita disposición, eliminar el temor y desarrollar el amor. Debemos tener presente que el enemigo del amor es el temor.
Abundancia espiritual para todos
Eckhart Tolle, gracias por existir, cuesta mucho, pero cuando uno practica y practica y vamos aprendiendo a no identificarnos con la mente y empezamos a ver el grado de paz que podemos sentir es ¡¡¡¡grandioso!!!!
Gracias
Sólo quiero dar las gracias a este ser tan maravilloso y grandioso. Gracias. Me has ayudado a encontrarme conmigo misma a conectar con mi otro (yo). Estaba muy perdida, no me encontraba. Siempre hecha un manojo de nervios. Gracias a tu libro EL PODER DEL AHORA he podido encauzar mi vida. Ha calado mucho en mí. He comprado un segundo ejemplar y otros mas. Nunca he sido de leer, pero desde que tuve en mis manos EL PODER DEL AHORA, ha sido mi maestro espiritual. Gracias, mil gracias.
Aprecio enormemente la belleza, la claridad, la transparencia, la poesía, la sabiduría del mensaje de este hombre.
Maravilloso, Axel. Gracias de veras, lo requería grandemente en este día. Gracias Eckhart por tu ayuda igualmente en el momento preciso, Dios los bendiga.
Hace unos años conduciendo mi auto en un tránsito intenso, muy concentrada, de pronto perdí contacto con la realidad, dejé de sentir el roce del volante y me encontré envuelta en una especie de nube de burbujas doradas. Cuando «caí» no podía creer que había conducido 4 cuadras con semáforos sin accidente alguno, llena de amor y paz. Con ayuda de Google, espero hacerlo permanente. Bendiciones.
Reconfortante en medio de un mundo sumamente inconsistente e incongruente. Volver a las raíces del ser con el Ser…
Es un constante aprendizaje.
La consciencia presente fue expuesta por el maestro Samael, dice: «Vivimos atrapados en el pasado, o anhelando estar en el futuro; pero nunca realmente en el presente. Y este debe ser el estado vital para lograr la evolución a planos mentales superiores».
Encontré este libro en un puesto de libros de una estación, me llamaba la atención el aquí y ahora, por lo que ello implica y por la necesidad personal de callar mi mente, que me hacia sufrir. Lo hojeé un poco y como no lo entendí y además lo de la divinidad, el ser esencial, me parecieron conceptos que en ese momento no me podían ayudar, lo dejé. Trece años después lo tengo entre mis manos, estoy leyéndolo y entendiéndolo, y me parece que es un libro divino. Hasta casi llego a entender con esta experiencia mía… que nada es por casualidad, que todo tiene una razón. También entiendo… que la felicidad no es el camino, sino el camino la felicidad.
Gracias, es sencillamente genial. Que otro sentido tiene esta vida que el de Ser Feliz.
La información para descubrirnos a nosotros mismos está llegando a raudales porque muchos de nosotros estamos creando esa nueva tierra, «LA NUEVA CONSCIENCIA».
¡Esto es muy complicado! Aunque decirlo así suena negativo, como si fuera difícil de lograr un cambio, no tengo otra manera como expresarlo, lo que quiero decir es que tenemos que estar bien despiertos para entender lo que es despertar, y allí es donde viene lo complicado, comenzar desde el principio… ¡Despertar! Yo estoy haciendo este trabajo, con empeño y dedicación, pero la mente se interpone con sus pensamientos repetitivos. Muchas veces me doy cuenta de mi in-atención y enseguida sé que he alcanzado la atención. Soy un testigo implacable de mis pensamientos, pero ella, con sus trucos me desvía del camino, y muchas veces estoy consciente que ella me hace creer que voy bien. Pero bueno, ese es precisamente el trabajo, no desmayar, continuar. Soy un asiduo lector de Eckhart Tolle y de otros pensadores también. Me he fijado un camino: reconocerme y recordarme a mí mismo, en el aquí y en el ahora. Gracias por su atención.
Es muy refrescante el haber encontrado a Tolle. Gracias a La Vida!!!
¡Tolle es genial! Una forma estupenda de practicar la consciencia del Ser es la grafoterapia racional. Se trata de una verdadera meditación a través de la escritura. Una vez aprendida resulta un placer sanador practicar a diario y sentir plenamente el aquí y el ahora.
Aceptar algo que te esté sucediendo, que sea rutinario y que te incomode siempre, es decir, abandonar «la resistencia», soltar la incomodidad e imaginar que por un segundo pasa toda a través de ti, es una forma liberadora de conectar con el Ser, estar presente y verdaderamente consciente y lo mejor es que te da mucha paz.
Cuando era pequeño, antes de irme a dormir prestaba mucha atención a todas las sensaciones que iban surgiendo, no pensaba en nada y no escuchaba la molesta voz de mi mente, sólo sentía y era consciente de lo que pasaba a mi alrededor, sentía una gran paz hasta que llegaba el punto en el que sientes como si estuvieses flotando, no sabía dónde quedaba arriba y donde abajo pero no importaba, no podía distinguir si tenía los ojos abiertos o cerrados, o si estaba despierto o dormido, recuerdo que para mí era como dejar de existir por unos instantes, de pronto venía a mí un gran subidón de adrenalina sentía como si todo mi cuerpo estuviera temblando, o más bien vibrando y en ese momento era como que despertaba de golpe y de pronto estaba presente de nuevo, nunca podía ir más allá de ese punto no porque no pudiera sino más bien porque me daba mucho miedo aunque no sabría explicar el porqué. Actualmente me es muy muy difícil volver a hacer eso, ya que siempre tengo cosas en que pensar, y todo el tiempo escucho esa voz interior hablando.